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Lasaña

lasaña

La lasaña es un plato muy completo, de gran aceptación en todas las latitudes. Sus orígenes se remontan a Italia renacentista  cuando era preparada utilizando capas o láminas de harina acompañadas de cualquier tipo de carne preferiblemente asada y restos de diversos alimentos que se combinaban con tomates en salsa. No fue sino hasta el siglo XVII que se empezó a hacer y popularizar la lasaña con carne a la boloñesa como se conoce hoy en día. Fue tal la aceptación que recibió que ha llegado a ser una de las comidas italianas de mayor fama internacional.

La lasaña clásica y verdaderamente italiana es a base de carne de ternera a la boloñesa y queso o una salsa a base de queso. Sin embargo, en la actualidad han surgido infinidad de variaciones de acuerdo a gustos y preferencias personales. En este sentido se puede mencionar la preparación de la salsa de carne utilizando mezcla de carne de ternera y carne de cerdo; puede hacerse también a base de pollo, de verduras, con mariscos, con atún o con cualquier pescado.

Es una preparación que puede utilizarse como primer o segundo plato. La lasaña  por lo general agrada a todos y es un plato muy completo,  proporcionando una porción suficiente energía. Puede pensarse que su preparación es muy laboriosa, pero en realidad puede considerarse relativamente sencilla de hacer.

Receta de Lasaña

Lasaña

Plato Plato principal
Cocina Italiana
Tiempo de preparación 3 horas
Tiempo de cocción 1 hora
Tiempo total 4 horas
Raciones 8
Calorías 390kcal

Ingredientes

Para la salsa boloñesa de carne

  • 500 g de carne molida (de ternera , o de cerdo o mezcla de ambas)
  • 250 g de pimientos o pimentones rojos
  • 2 zanahorias
  • 6 dientes de ajos
  • 150 g de cebollas
  • 500 g de tomates rojos
  • 2 cucharadas de mantequilla
  • 2 cucharadas de orégano
  • 6 hojas de laurel
  • 100 ml de aceite vegetal
  • Sal y pimienta al gusto
  • 4 tazas de agua

Para la salsa bechamel

  • 250 g de harina de trigo todo uso
  • 200 g de mantequilla
  • 2 litros de leche entera
  • ½ cucharadita de nuez moscada molida
  • Sal y pimienta al gusto

Otros ingredientes

  • 24 láminas de lasaña
  • 250 g de queso parmesano
  • 500 g de queso mozzarella (rallado o en láminas muy delgadas)
  • 3 litros de agua
  • 3 cucharadas de sal

Materiales adicionales

  • Una olla mediana
  • Una olla grande
  • Un sartén o caldero profundo
  • Licuadora
  • Bandeja rectangular para hornear, de 25 cm de alto

Preparación de Lasaña

Salsa boloñesa de carne

Lavar y quitarle la corteza a las zanahorias, los ajos y las cebollas. Lavar y retirar las semillas a los pimientos y los tomates. Cortar estos ingredientes, a excepción de loa ajos, en trozos grandes y colocar en la licuadora con agua necesaria para mezclar. Estando la licuadora mezclando, agregar los ajos y el orégano para garantizar que se disuelvan. Licuar hasta que todo este homogéneo.

En una olla mediana colocar la mezcla anterior y añadir la carne, previamente lavada. Mezclar todo con la ayuda de una cuchara de madera  hasta lograr que la carne este incorporada bien a la salsa y evitar que se produzcan grumos grandes de carne.

Llevar a fuego alto y añadir el resto de ingredientes: mantequilla, aceite vegetal, laurel, sal, pimienta y el resto de agua no utilizado al licuar. Cocinar hasta que  hierva (aproximadamente 50 minutos), bajar a media la intensidad del fuego, moviendo periódicamente, Coconas hasta que la salsa adquiera una consistencia cremosa. Retirar del fuego y reservar.

Salsa bechamel

Derretir la muñequilla en un sartén o caldero profundo. Añadir la harina poco a poco, por cucharadas e ir mezclando a medida que se va agregando la harina. Una vez incorporada toda la harina, se comienza a agregar la leche lentamente, la sal, la pimienta y la nuez moscada. Se continúa mezclando para que no se formen grumos. Al hervir retirar del fuego y reservar.

Preparación de las láminas de lasaña

En una olla grande colocar 3 litros de agua con 3 cucharadas de sal, llevar al fuego hasta que hierva. En ese momento se empiezan a introducir las láminas de lasaña, una a una para que no se peguen entre ellas, removiendolas con cuidado con una cuchara de madera sin que se rompan. Transcurridos 10  minutos se retiran con cuidado del agua y se colocan  sobre una tela en una superficie plana, separada una lámina de otra. Repetir este procedimiento hasta cocinar la totalidad de las láminas.

Actualmente se encuentran en el mercado láminas de lasaña precocidas que no requieren el proceso anterior; sin embargo, en ocasiones la textura final del plato no es satisfactoria. Este inconveniente se puede mejorar  si la láminas precocidad se pasan brevemente por agua hirviendo, previo al montaje final. 

Montaje final de la lasaña

Untar el fondo y las paredes de la bandeja para hornear con aceite. Colocar en el fondo una pequeña cantidad de la salsa de carne a la boloñesa. Cubrirla con láminas de lasaña, superponiendo ligeramente los borde de las láminas para que no se muevan.

Colocar sobre ellas salsa bechamel extendiéndola por toda la superficie, agregar y dispersar  la carne en salsa boloñesa,  añadir queso mozzarella y una pequeña cantidad de queso parmesano.

Continuar colocando varias capas de láminas de lasaña con las salsas y los quesos hasta llenar la bandeja. Se termina cubriendo las láminas primero con carne a la boloñesa y finalmente con abundante bechamel y suficiente queso mozzarella y parmesano para garantizar un buen gratinado.

Cubrir con papel aluminio y llevar al horno por 45 minutos a 150° C. Retirar el papel aluminio y dejar horneando por 15 minutos más para que la superficie se dore. En caso de disponer de gratinador en el horno dejar sólo por 5 minutos.

Consejos útiles

La lasaña al hornearse debe tener suficiente líquido para que las láminas de pasta se cocine bien; por eso la importancia de cubrir la bandeja con papel aluminio para evitar la rápida evaporación. Si se seca demasiado se puede agregar una mínima cantidad de agua,

De ser posible hacer toda la preparación el día anterior, dejar la preparación reposar hasta el siguiente día cuando se procederá a hornearla.

Es conveniente dejar enfriar un poco la lasaña antes de cortarla, así se evita que las capas se desmonten.

Aporte nutricional 

La lasaña preparada de acuerdo a las indicaciones anteriores contiene 24% de proteínas, 42% de carbohidratos, 33% de grasa y 3% de fibra. Una porción de 200 g de lasaña aporta 20 g de proteínas, 35 g de carbohidratos, 6 g de grasa y 3 g de fibra. Se calcula que la cantidad de colesterol llega a 14 mg por cada 100 g. La porción de 200 g corresponde aproximadamente a un trozo de 12 cm por 8 cm.

Siendo un alimento completo, la lasaña es fuente de vitaminas. Entre las vitaminas esenciales  están presentes la vitamina A, la K y la B9, en cantidades calculadas por casa 100 g de 647 mg, 17,8 microgramos y 14 mg, respectivamente. En menor cantidad contiene vitamina C (1 mg).

Este alimento es también fuente de minerales principalmente de los conocidos macrominerales. Entre estos destacan los siguientes, con valores calculados por cada 100 g de lasaña: 445 mg de sodio, 170 mg de potasio, 150 mg de calcio, 140 mg de fósforo y 14 mg de selenio.

Propiedades alimenticias

La lasaña tiene algunos beneficios para la salud, pero a la vez si se ingiere de manera regular puede acarrear ciertos deterioros por su alto contenido en  calorías, en grasas y en sodio; razón por la cual es recomendable prepararla para determinados momentos por los efectos controversiales de sus nutrientes.

Las proteínas que contiene en alta proporción tienen una función primordial para la reparación tisular, en la prevención de infecciones y favorecen la oxigenación de la sangre.

A la fibra se le atribuye el efecto de disminuir el riesgo de enfermedades del corazón, pero el alto contenido de colesterol y de grasas saturadas por el contrario aumenta las posibilidades de favorecer la aparición de daños cardíacos, uniéndose a esto el alto contenido de sodio que incrementa la presión arterial.

No todo es negativo para este delicioso y apetitoso plato.  En realidad los minerales que contiene producen efectos positivos. 

El calcio y el fósforo actúan de forma equilibrada en el organismo e intervienen en el metabolismo óseo y dental. El calcio con el potasio  son indispensables para el intercambio intercelular de microsustancias y en la conducción eléctrica necesaria para el adecuado funcionamiento celular en general y en particular a nivel de neuronas y células cardíacas. Al selenio se le atribuye efecto sobre la tiroides, en el área inmunológica dando protección ante la acción de productos antivirales.

La vitamina A es un excelente antioxidante, mantiene una buena visión y es beneficiosa para la piel. La vitamina K interviene en los procesos de coagulación sanguínea con importancia para prevenir la formación de coágulos o trombos en los vasos sanguíneos. La vitamina B9, comúnmente conocida como ácido fólico, es fundamental para el mejor funcionamiento del sistema digestivo, de las articulaciones, de la piel, de la visión, del pelo y aumenta las condiciones inmunológicas.

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