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Bizcocho esponjoso

Un bizcocho esponjoso es una preparación dulce que representa un recuerdo vivo en las familias argentinas, porque se comparte con frecuencia acompañado de un café, un mate caliente o un vaso de leche. Con solo percibir su aroma te hace evocar circunstancias agradables pasadas y que estás a punto de revivir, manteniéndose presente en el escenario familiar.

El bizcocho esponjoso, súper ligero y esponjoso está elaborado con huevo, azúcar y vainilla. Para obtenerlo no se necesita el uso de harina, ni de levadura, ni de grasa. Batiendo los huevos, por separado las claras y las yemas con el azúcar, por lo menos con varillas eléctricas, luego se integran con cuidado. Al hornearlo queda super esponjoso.

A los ingredientes de un bizcocho esponjoso se le puede agregar, entre otras cosas: ralladura de limón, frutos secos, nueces picadas o chocolate. También se le puede variar rellenándolo con crema pastelera, dulce de leche, de fresa o de otra fruta. Puede ser usado para hacer una torta, tres leches u otros postres.

Tipos de biscochos

Una de las clasificaciones más comunes de los biscochos, se hace de acuerdo a la grasa que se le adiciona en su preparación, a continuación se describe cada uno.

Bizcochos ligeros

Los bizcochos ligeros no llevan en su preparación nada de grasa extra, solo tendrá el poco aporte de la grasa que contienen los huevos.

Bizcochos pesados

Los bizcochos pesados son los que tienen en sus ingredientes una grasa que puede ser mantequilla, margarina o aceite. Por la adición de la grasa extra pierden esponjosidad, por lo tanto, es frecuente que si contienen grasa sea necesario agregarle una levadura o polvo de hornear que compense, y resulte esponjoso.

Historia de los bizcochos esponjosos

La palabra bizcocho proviene del latín “biscoctus”. Los romanos los preparaban cociéndolos al horno, luego los sacaban del molde y los horneaban de nuevo. Como consecuencia de tanto tiempo en el horno quedaba muy seco. El beneficio de tanto cocimiento era la durabilidad.

Se cuenta que la preparación de bizcocho, un tanto parecido a como lo conocemos actualmente, fue una creación de un pastelero italiano de nombre Giobatta quien vivió en Madrid en el año 1700. En sus inicios los bizcochos no se diferenciaban mucho del pan de la época correspondiente, solo que se endulzaba con miel y algunos afirman que los romanos les agregaban nueces.

En Europa, en el siglo XVII, con la llegada de la tecnología en cuanto a hornos, recipientes para hornear y contar con azúcar refinada, trajo como consecuencia el auge de los bizcochos. Se horneaban colocando la preparación en aros que se colocaban sobre bandejas planas.

En esta época aún se le incorporaba a la preparación frutos secos como lo elaboraban los romanos. Por otra parte, los glaseados iniciales eran elaborados con azúcar diluida, hervida, y claras de huevo. Una vez elaborado se bañaba el bizcocho con el glaseado y se devolvía al horno, lo que al enfriar quedaba como una corteza brillante y dura.

En el siglo XIX existen registros donde se observa que el bizcocho ya se parece mucho al actual. Entre dichos registros se pueden mencionar: receta contenida en “The Cassell’s New Universal Cookery Book (1894 en Londres)“ y también registros en Francia del chef “Antonin Careme (1784-1833)”.

Receta de bizcocho esponjoso

Ingredientes

1 y media taza de harina, 5 huevos, media taza de azúcar, 1 cucharadita de polvo de hornear,  media taza de leche, esencia de vainilla, ralladura de 1 limón o de una naranja pequeña de acuerdo al gusto, dulce de leche, pistacho o maní para adornar.

Preparación

  • Incorporarle el polvo de hornear a la harina, tamizar y reservar.
  • Colocar en tazones separados las claras de huevo y las yemas. A las claras de huevo batir hasta obtener punto de nieve. Reservar.
  • A las yemas agregarle el azúcar, la vainilla, ralladura de naranja o de limón. Batir con varilla eléctrica hasta que las yemas bajen la intensidad de su color amarillo. Luego agregar la leche y la harina, batir con varillas un poco, solo hasta que se integren los ingredientes. Retirar las varillas eléctricas.
  • Con una espátula adicionar las claras batidas reservadas a la mezcla anterior con movimientos envolventes.
  • Engrasar y enharinar un recipiente para horno de aproximadamente 25cm de diámetro, agregar la mezcla obtenida en el paso anterior y hornear a 220 °C durante 20 a 30 minutos.
  • Dejar enfriar, dividir en dos partes mediante una división horizontal, rellenar con dulce de leche y adicionar por encima pistacho o maní picaditos.
  • Listo el bizcocho esponjoso. ¡Buen provecho!

Consejos para hacer un biscocho esponjoso delicioso

  1. Se pueden hacer modificaciones a la receta anterior de bizcocho esponjoso, agregándole a la mezcla cualquiera de los siguientes ingredientes, entre otros: cacao, almendra molida o su polvo, coco rallado, nueces picadas, frutos secos, como por ejemplo pasas de uva.
  2. Dado que el bizcocho esponjoso se puede embeber con líquido, es perfecto como base para la elaboración del postre llamado tres leches. También, se le puede embeber con licor o con una preparación que lo contenga.
  3. También se puede embeber al bizcocho esponjoso con jugo de limón con azúcar glas o en su defecto azúcar refinada batida en licuadora sin agregarle líquido.

¿Sabías que….?

Cada uno de los ingredientes utilizados en la preparación de la receta de bizcocho esponjoso descrita anteriormente, aporta nutrientes que benefician al organismo. A continuación especificamos los beneficios más importantes:

  • La harina de trigo que forma parte de la preparación aporta hidratos de carbono, los cuales son transformados en energía por el organismo. La fibra que contiene ayuda al funcionamiento adecuado del sistema digestivo. Contiene vitamina B9 o ácido fólico, el cual es muy beneficioso para las embarazadas. También aporta minerales como potasio, magnesio, zinc, hierro y calcio.
  • Cuando al bizcocho esponjoso se le rellena con dulce de leche, dicho dulce contiene proteína importantísima en la salud y creación de los músculos del cuerpo. Además, contiene vitaminas: A, D, B9 y minerales: fósforo, magnesio, zinc. Y calcio.
  • Los huevos que forman parte de la preparación de esta receta aportan más proteínas al plato, además de aportar las vitaminas A, D, B6, B12, B9(ácido fólico), E. Además aporta todos los aminoácidos que necesita el organismo para su buen funcionamiento.
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